El espacio existente entre un diente y otro se llama área interproximal, interdental o interdentaria. Suele ser la gran olvidada en nuestra rutina de higiene bucodental. Como es una zona de difícil acceso a la hora del cepillado dental favorece la acumulación de placa bacteriana y la formación de sarro y, el desarrollo de enfermedades bucales. Utilizamos pasta y cepillo dental pero nos olvidamos de limpiar casi la mitad de las superficies dentales al que no llegamos con el cepillado. Debemos usar algún elemento de higiene específico para esta zona para que la placa bacteriana dental no pueda seguir actuando y nos conduzca a patologías como:

  • Caries interproximales
  • Halitosis (mal aliento)
  • Gingivitis (inflamación de las encías)
  • Periodontitis
  • Una correcta higiene dental debe contemplar también una adecuada limpieza dental interproximal.

¿Cómo hacer una buena limpieza interdental?

Hay muchas opciones, aunque debe ser el odontólogo el que establezca cuál es la más adecuada en función de la amplitud de los espacios interdentales, el contorno de los dientes y las condiciones generales de los mismos. Para recomendar uno u otro método tendrá en cuenta varios factores como el contorno y la consistencia de los tejidos gingivales, el tamaño de los espacios interproximales, la posición de los dientes y su alineación, así como características propias del paciente tales como la habilidad (edad, motricidad) y motivación.

Hilo o seda dental

Se indica para espacios interproximales estrechos o cerrados. La pueden usar adultos y niños (dependiendo de su edad y habilidad deberán estar supervisados). es el método más adecuado cuando los espacios interdentales son muy estrechos. Debe hacerse con movimientos suaves de abajo a arriba recorriendo las paredes laterales de los dos dientes que lo configuran y poniendo mucho cuidado en no dañar la encía.

Cepillos interproximales

Son más adecuados para pacientes con poca habilidad, prótesis fija o aparatos de ortodoncia, pero son una herramienta de higiene interdental útil. Existen varios tipos y tamaños y están constituidos por unas pequeñas varillas en cuyo eje se insertan unos filamentos finos y redondeados. La mayoría son de forma cónica y sus cerdas o filamentos están montadas sobre un mango para facilitar el acceso a las zonas posteriores de los molares, y también encontramos diseños destinados a las zonas anteriores. Se utilizan introduciéndolos en el espacio y cepillando el lateral de cada diente de forma longitudinal y vertical. Su uso está indicado cuando los espacios interdentales tienen la suficiente amplitud para introducirlos. También son muy útiles para la aplicación en el espacio interdental de sustancias antimicrobianas destinadas a evitar la formación de caries o la inflamación de las encías. Son los más adecuados cuando existe una retracción de las encías.

Entre los tipos que podrás encontrar en tu farmacia de confianza encontrarás:

  • Cepillos interdentales: De diferentes tamaños para facilitar la adaptación al espacio interdental. Su diámetro debe ser un poco mayor que el de las unidades gingivales, de forma que las cerdas o filamentos ejerzan presión sobre las superficies dentales. Los pacientes con periodontitis o recesiones gingivales obtienen mejores resultados al remover la placa que con el hilo dental.
  • Cepillos helicoidales: constituidos por cerdas o filamentos montadas en un alambre roscado deben colocarse en un mango especial. Su mayor eficacia la alcanzan en espacios moderadamente abiertos. Se usan con movimientos de entrada y salida de los espacios interproximales.
  • Cepillos monopenacho: Cuando hay amplios espacios interdentales en pacientes con dientes en posiciones irregulares o con ortodoncia. Eficaces sobre todo en las superficies linguales de molares y premolares inferiores, en donde, la lengua puede impedir al cepillo dental limpiar de una manera efectiva.
  • Irrigador bucal: se trata de aparatos que proyectan a presión un chorro pulsátil de agua, de modo que ayuda a arrastrar las bacterias y los posibles restos de alimentos fuera de los espacios interdentales. Además, permiten una mejor limpieza de la línea de las encías, las bolsas periodontales, dentaduras con ortodoncia, empastes, puentes, coronas e implantes. Dirigiendo el chorro en forma perpendicular al eje longitudinal del diente para evitar la lesión de los tejidos gingivales ayudan a eliminar las bacterias que existen en la superficie de los dientes, espacios interproximales y lugares de difícil acceso. Es una herramienta complementaria útil por cualquier paciente ayudando a reducir y prevenir la halitosis (mal aliento).

Nuestros consejos finales

Conviene señalar que la eficacia de la limpieza interproximal depende y mucho de la habilidad y la meticulosidad con que se realice, por lo que se mantiene la necesidad de una revisión periódica en la consulta del odontólogo y la realización de una limpieza dental profesional al menos una vez al año, cuando cada seis meses.

Puede ocurrir que durante la limpieza interproximal se produzca el sangrado de las encías. A veces puede ser debido a un mal uso del hilo dental, pero si persiste puede indicar que existe una gingivitis, es decir, un proceso inflamatorio de las encías que requiere un diagnóstico y tratamiento adecuado.

El cepillo no suficiente. Con la ayuda de hilo dental, cepillos interproximales y los irrigadores puedes eliminar la placa dental y mantener tu boca sana.

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